El liderazgo estratégico (parte I) en Estée Lauder
- rms992
- 24 ene 2022
- 3 Min. de lectura
¡Buenos días chicos! Estaba deseando escribir algo para vosotros. En la entrada de hoy, vamos a hablar sobre el liderazgo estratégico. Este es un tema muy interesante a la par que complejo, por lo que vamos a dividirlo en dos entradas diferentes.
En primer lugar, vamos a hablar de los tipos de organizaciones que hay: públicas privadas o sin ánimo de lucro. Por otra parte: locales, nacionales o internacionales. En el caso de Estée Lauder, se trata de una organización privada que trabaja a nivel internacional.
Estée Lauder, como el resto de organizaciones, es muchas veces percibida como una unidad económica que genera ingresos y beneficios, o que trabaja con presupuesto y capital provistos por otras personas. Esto no deja de ser cierto, pues la eficiencia económica se ha convertido en la mayor fuente de legitimación social para los negocios. Si bien es cierto lo anterior, las organizaciones no son meras unidades económicas o un conjunto de recursos como se nombra anteriormente, sino actores en la esfera social. Contribuyen a dar forma a la cultura. En este caso, Estée Lauder es un buen ejemplo, pues afecta a las personas que les siguen y leen, ya que tiene implicaciones sociales, por ejemplo, reducir su impacto medioambiental o dar voz a causas sociales como el machismo o la homofobia.
Desde el punto de vista de la perspectiva de la dirección, la mayoría de los directivos dibujan el mapa de los grupos de interés, sitúan la organización en el centro y colocan a los steakholders como satélites. No obstante, en una sociedad interconectada, una organización es únicamente un nodo en una red más amplia y, por tanto, no puede estar en el centro aunque quiera, porque, por su propia naturaleza, las redes no tienen centro.
Aún así, existen muchas teorías sobre cómo ganar ventaja competitiva, la más actual es la VISIÓN BASADA EN RECURSOS. Esta teoría considera que las organizaciones son un grupo de recursos que, cuando se configura y emplea de manera estratégica, proporcionan una base competitiva única, insustituible, dificultad de imitar y de gran valor. Siendo la identidad corporativa un aspecto fundamental. Si trasladamos esta información al grupo Estée Lauder, observamos que esta organización se ha ido labrando con el paso del tiempo un hueco tan importante en su mundo, que a pesar de existir competencia como l'Oréal (grupo tratado en este blog), tiene una esencia que les hace únicos y, por tanto, les aleja mucho del resto de organizaciones. Aunque bien es cierto, que estos dos grupos tienen fidelizados a sus clientes, por lo que considero que no se hacen sombra el uno al otro, son grupos con marcas muy bien forjadas, con valores diferentes, que entre ellas se pueden complementar, pero no apagar la una a la otra.
Esto nos lleva a hablar de los intangibles de una organización, éstos se basan en gran medida en su habilidad para atraer apoyos y comportamientos de valor por parte de grupos de interés. Este valor podría considerarse el capital de la organización. La influencia de estos grupos puede ejercerse en cuatro áreas de recursos que superponen la economía, la cultura, lo social y la simbiótica. Por tanto, los grupos de interés o steakholder pueden contemplarse desde el pensamiento de considerarlos recursos o activos potenciales. En otros casos, a estos grupos también se les considera algo negativo, pues pueden problemas potencial, argumentando que pueden entorpecer o ralentizar los planes de la organización si deciden oponerse o cuestionar sus decisiones. No es nada raro, pues si los grupos de interés que rodean a Estée Lauder, se oponen a algo que el grupo ha hecho que algo afecte negativamente a sus grupos de interés, no le quedará más remedio que buscar una respuesta y, por tanto, invertir tiempo y dinero.

Para conseguir un buen liderazgo estratégico, las organizaciones deberán seguir tres factores cruciales para desempeñar a la perfección su función comunicativa, en el caso de Estée Lauder:
El grupo deberá comprender el papel que puede asumir su área de comunicación.
Entender la capacidad de planificar estratégicamente.
Crearse una conciencia sobre las competencias y conductas claves de Estée Lauder para ejercer correctamente su función.
Todo esto, deberá ir de la mano de una correcta comunicación y comportamiento del CEO de la organización. Aunque el director ejecutivo pueda tener una inclinación natural a generar consensos y escuchas, el clima que afronte en la organización puede llevarle a adoptar un estilo autoritario y de confrontación, lo que perjudicaría a la empresa, así como también hablar todo el rato de problemas económicos como generar mayor valor, reducir costes o solventar sistemas y procesos. Deberán por tanto, crear un ambiente cálido y estable entre los problemas y su comunicación.
Aunque esta entrada ha sido un poco más teórica que las demás, espero que os haya resultado tan interesante como a mí. No os perdáis la parte II, ¡Feliz semana lectores!
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